COLONIA NAZI EN MÉXICO

Las reuniones de los Nazis, donde acordaron fundar una colonia en el desierto de la Baja California, se realizaron en La Paz, según el informe que envió a Washington el vice cónsul Eugene Turley, en noviembre de 1941.


En estas participaron el líder sinarquista Salvador Abascal Infante, Pedro Vargas Covarrubias, Felipe Vázquez Galván, Prisciliano Covarrubias y el agente alemán Pieter Theodore Wiegman, autor de los primeros planos topográficos de la región que hoy se conoce como el Valle de Santo Domingo.


Desde meses atrás, la CIA seguía muy de cerca los pasos del sinarquismo mexicano, su filiación a la Iglesia Católica, el Partido Acción Nacional y este proyecto religioso colonizador que logró asentar en el árido desierto bajacaliforniano a las primeras 54 familias en el mes de enero de 1942.


La revista Enlace Judío afirma que el objetivo de esa colonia era facilitar el acceso a Bahía Magdalena a la Flota Imperial Japonesa y sus aviones, luego del éxito de su incursión aérea en Pearl Harbor, donde destruyeron gran parte de la infraestructura militar estadounidense.


Salvador Abascal, quien obtuvo la autorización de la federación y todo el apoyo del gobierno del general Francisco J. Múgica, dejó claro que su cruzada religiosa que lo llevó a fundar la colonia María Auxiliadora, era para impedir que los Estados Unidos se apoderaran de la península de Baja California.


Por su parte el periodista Mario Gill, autor del libro El Sinarquismo en México, citado por el diario La Jornada, sostiene que esa colonia agrícola se hizo para convertir a Bahía Magdalena en una base de operaciones para el imperio del sol naciente.


La armada de Estados Unidos tomó delantera y a pesar del enojo del Comandante del Pacífico, general Lázaro Cárdenas, se estacionó en Bahía Magdalena y a la par, tropas de infantería en vehículos todo terreno ingresaron por la garita de Tijuana.


México y Washington habían acordado trabajar unidos contra las potencias del Eje.


Se expulsó a todos los extranjeros japoneses de la península para enviarlos a refugios en Guadalajara, Temixco y Ciudad de México, para neutralizar cualquier intención de colaborar como súbditos del imperio contra Estados Unidos.


Nunca más se supo de operaciones secretas del nazismo en Baja California.


Al pasar de los años, las colonias agrícolas del Valle de Santo Domingo, contra todo pronóstico, convirtieron en un vergel a esa desértica región gracias al empuje y trabajo de sus pioneros, que jamás conocieron de la verdadera intención que los trajo a esta tierra lejana.


BIBLIOGRAFIA: Basado en el ensayo The Nazi-Instigated National Synarchist Union of Mexico, de William F. Wertz Jr.